Anécdota
"Un charret de ruedas altas" por Dora Allío de Roland exalumna y maestra jubilada de la Escuela Nº 26
Fue comprado en Ecilda Paullier. Carrocería de madera, ruedas altas con rayos pintados de amarillo. El cajoncito del pescante, llevaba la libreta de la patente. El asiento, una tabla dura que hubo que acolchonarla con un almohadón de loneta relleno de lana, hecho por mamá.
Destino del charret: las niñas debían realizar 15 km de camino de tierra, atravesando el paso del Arroyo Sauce, desde Colonia Española a Colonia Valdense.
La razón de semejante trayecto, fue que la escuela rural cursaba hasta tercer año y para ingresar al Liceo, era necesario terminar 6to grado.
Concurrí a la Escuela Nº 26 de Colonia Valdense el año que cursé 5º con un hermano a caballo de la “Paloma” yegüita blanca y mansa.
Al cursar 6º grado, lo hice con mi hermana, en ese charret.
Nosotras mismas debíamos buscar en el campo a “Violeta”, otro manso animal, colocarle los arreos, enganchar el charret y dejar listo para el viaje.
Días de sol y lluvia. Sombrilla y poncho.
Camino de tierra, zanjas y cruce del arroyo.
El charret crujiendo día tras día, cumplía su misión. Un día, quizás cansado de tanto traquetear, cayó una rueda al suelo...no nos amilanamos. Los vecinos nos ayudaron y seguimos.
¡Gracias charret de ruedas altas!
Con él terminé mi 6to año y pude ingresar a Secundaria.
jueves, 13 de agosto de 2009
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